En el río Salinas, en Ixtapa, Chiapas, persiste una tradición prehispánica, la producción de sal mineral.
La población ixtapaneca tzotzil desarrolla esta actividad, actualmente solo 3 familias realizan ese trabajo, que desafortunadamente es mal remunerado.
El agua de sal se extrae de una noria, ubicada en las orillas Del Río Salinas y es realizada por niños que es llevada a casa de los productores por un sistema hidráulico que funciona por gravedad, que es llevado hasta tanques de piedra y el agua se hierve hasta evaporarse y dejando a la vista la sal mineral.
Se usa leña para la obtención de la misma.
La sal se vende en los mercados, en forma de bloques o piedras envueltas en petates.
El proceso de extracción se lleva a cabo con diferentes pasos a seguir, el primero de ellos es la obtención del agua de sal, que se lleva a cabo de la siguiente manera:
Se extrae el agua del pozo o también llamado noria, misma que pasa por una manguera que ayuda a transportarla hasta unas cubetas, estas sirven para transportar el agua a las pangas que están puestas en los hornos para dar seguimiento a la elaboración de la sal.
Después de transportada el agua hasta las pangas, que se encuentran en el fogòn o también llamados hornos para posteriormente prender fuego utilizando leñas, se mantiene a fuego bajo aproximadamente por 24 horas para que así se consuma el agua y obtener la sal, que después se pondrá al sol para su secado y proceder al siguiente paso en su proceso de elaboración.
Después de la obtención de la sal y posteriormente su secado se procede a machucar la sal para molerla completamente. Teniendo la sal ya molida, se procede a llenar unos petatillos llamados benequenes, que son elaborados con palma.
Los benequenes sirven para conservar la sal que posteriormente sera comercializada.
El proceso de comercialización consiste en vender los benequenes en Ixtapa; Aunque algunas personas llegan a las salinas a comprar la sal, mismas que son vendidas en la zona de los altos de Chiapas.